(Imatge no identificada presa de la xarxa) |
Não há regresso: tudo és laberinto
Eugénio de Andrade
Nunca fue la palabra
ni bálsamo, ni cura
para la sensación de desamparo:
lo fue, no obstante, descubrir
de pronto
cuánta ignorada cicatriz se
esconde
entre los pliegues del
acontecer.
Semanas, meses, años
vistos ahora bajo nueva luz
ya sin excusas ni misericordia,
un cúmulo de tiempos y de
territorios
que siempre creí fáciles de
conquistar.
¿Mes
escuchas?
Veo cuerpos y rostros que a nada
remiten.
Aunque aparenten coincidir con
alguien,
tú o yo, son simples
fantasmagorías.
Fuimos quizá tan sólo
caminantes,
merodeando en círculo.
Y
hoy, lunes,
veintisiete de julio, sobre el
espigón,
Sembrado
de matojos, arena y humedad, el
musgo
sirve de alfombra a las
gaviotas.
Vienen y van, se alejan y de
nuevo
vuelven a mi (¿persiguen
viejos fantasmas del pasado?).
No,
No hay palabra que impida
que todo muera. Como muere el
sol.
El sueño de Einstein
Ed. Salto de Página S.L., 2015
2 han deixat la seua empremta:
Penso que la paraula, de vegades si que és un bàlsam pels cors afligits...El sol no mor, només s'amaga!
Bon vespre, Jesús.
La paraula és benèfica sempre.
Gràcies pel comentari.
Salut i poesia!
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