MÁQUINAS DE COSER
La máquina de coser y mi madre
son dos máquinas de coser.
Cuando me pide que ensarte la aguja,
sé que el hilo es su sangre
y el corazón un carretel inagotable.
A dónde fue la viajera del pedal
cuando su pie subía y bajaba
como si subiese y bajase por el mundo.
Qué ciudad visitó, qué calle de su añoranza.
A dónde fue sin dejar su sitio.
Fuertes y útiles y bellas,
yo soy el hijo de dos máquinas.
Estoy lleno de maquinaciones.
Estoy hecho de retazos.
La máquina de coser y mi madre
son dos mujeres que conversan sin hablar.
Repiten los mismos ruidos. Mecánicos.
Mecánicas del decir.
Y en el silencio, poesía.
Silencio de la costurera.
Silencio, dobladillo del ser.
Hay quien no sabe hacer silencio
como no sabe coger el dobladillo.
Soy el hijo de dos mujeres.
Estoy lleno de costuras.
Estoy lleno de ojales y botones.
En mí entra y sale la aguja de coser
como la aguja de un adicto.
La aguja de coser que me inyecta el vacío.
La máquina cose las camisas.
Mi madre cose lo que palpita
bajo las camisas.
Sergio García Zamora
El frío de vivir
Visor de poesía, 2017
Més sobre l'autor, ací
2 han deixat la seua empremta:
M'agrada aquest poema...Suposo que la mare del poeta cosia tant a màquina que aquesta també es va convertir en una persona virtual...
Jo recordo a la meva mare cosint a màquina i era tota un espectacle veure-la fer anar el pedal, amb molta traça.
Bon diumenge, Jesús.
És veritat. bNosaltres tenim la imatge de la mare a la màquina de cosir. El poema fa una bonica analogía mare que tot l'arregla - màquina de cosir.
Gràcies pel comentari.
Salut i poesia!
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